Mundo bizarro

¡Buenas tardes, terrícolas! ¿Habeis empezado bien la semana? Nosotros sí. Entre ayer y hoy ya llevamos otros 12 lances y un buen puñado de CTDs. Además ha empezado la cuenta atrás, para algunos de nosotros significa volver a casa, para la mayoría una pausa, aunque sólo sea en la ruta a St. John’s y de vuelta a Flemish Cap. Los biólogos sí disponemos de nuestro tiempo las horas que estemos en tierra, pero la tripulación tiene trabajo de sobra, porque hay que avituallar el barco para otros treinta y tantos días de trabajo y acomodar a los relevos.

Pero vamos a lo nuestro: ayer fue el día de la gallineta, la limanda y el bacalao. No nos dieron las alegrías de otros años, pero visto lo que hay, nos conformamos. Pescamos un fletán negro que midió unos 110 cm creo recordar, y si bien no es una medida inusual para la especie, sí lo es en esta campaña, tanto que le hicimos unas fotos para enseñaros. El ángulo no es muy bueno porque el parque de pesca no es buen sitio para hacer equilibrios y menos con un lance recién llegado. Pero os haceis una idea.

Captura del día: 14 kg de fletán negro en una pieza

En el último lance vino este cotúnculo, que seguro que la mayoría de vosotros no habíais visto antes. Pertenece a un grupo de peces cuyo nombre genérico en inglés es “cabeza gorda”. También le podían haber puesto “cabeza dura”, porque el animalito se las trae. Luego el resto del cuerpo parece de gelatina, pero la cabeza la tiene a prueba de bomba.

Cottunculus thomsonii

Los lances de hoy van bien pero han sido bastante peculiares. En el primero cogimos limandas y holoturias, y aunque las holoturias eran muchas (más de 100 kg), al menos la profundidad era la acostumbrada para las limandas. Luego hemos hecho un lance de platija, limanda y ofiuras enormes, que han llenado varias cajas.

Las ofiuras parecen estrellas pero son un grupo diferente dentro de los Echinodermos. Tienen el cuerpo pequeño y los brazos muy largos, a veces muy finos, otras muy ramificados, como es el caso de Gorgonocephalus eucnemis, que es la que hemos encontrado nosotros.

La ofiura Gorgonocephalus eucnemis panza arriba

Para los que estais pensando “este animal es mucho más bonito que los peces esos tan horribles que saca” os diré que las ofiuras comen y expulsan los restos por la boca, porque carecen de ano. Y a los que habeis llamado marcianos a mis peces os digo que las ofiuras se pueden regenerar incluso a partir de un solo brazo, que parece más ciencia ficción que biología. Además, pueden ver por su parte dorsal. Tienen una especie de microlentes de calcita que funcionan como un ojo compuesto.

Hoy también hemos visto una puesta de gasterópodo, que eso seguro que sí lo habeis visto alguna vez en la playa si vais en invierno, antes de que lleguen las máquinas y arramblen con todos los tesoros que echa el mar.

Puesta de gasterópodo

Y esto que veis aquí es una ascidia solitaria que se llama Boltenia ovifera. Pertenecen a un grupo muy interesante (aunque qué animal no lo es) que se llama Urocordados o Tunicados. Los adultos consisten de un cuerpo en forma de bolsa con dos orificios, uno por el que succionan agua y alimento y otro por el que la expulsan. Los llamamos tunicados por la túnica, una cubierta que proteje sus cuerpos. La gracia de los Tunicados (una de ellas) es que la larva de muchos de ellos tiene notocorda, que es la característica principal de los vertebrados, faringotremas, que son órganos de filtración para captar alimento, y cola. Todo esto desaparece cuando sufren la metamorfosis para comenzar su vida sésil, fijos al sustrato.

Boltenia ovifera, en inglés se les llama cebollas de mar

 

En fin, como veis no tenemos tiempo de aburrirnos, siempre hay algo especial en todos los lances. El último trajo este bacalao que ha medido nada más y nada menos 111 cm, todo un veterano.

Bacalao, 111 cm y 15 kg. La foto sin embargo no es favorecedora

Y aquí están nuestros equipos, trabajando como descosidos:

De izquierda a derecha: Iñaki, Nair, Marta, Adriana y Rai

De izquierda a derecha: Javier, Venicio, Alba y Yolanda, Roi, Andrés y Eduardo

Una foto malísima de una ballena que ha asomado justo a proa.

¡Y esto es todo, amigos!