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domingo, 5 de junio de 2016

Con diez cañones por banda



Menos mal que Marta ha llamado a casa y me ha dicho que su madre está entusiasmada con el blog, y mi amigo Álex (el que contagia el virus Antártico) y Silvia también han dejado algunos comentarios, porque ya estaba yo dudando si mereció la pena sacrificar anoche tres horas de sueño, tres, por escribir, seleccionar fotos y traducir. Y además ya tengo voluntario para ir a ver el James Caird algún día de estos.

Al final ayer puso el broche -y no de oro- el dichoso CTD, que hay que ver la de problemas que da cada año. Ganas me dan de tirarlo por la borda pero sin cable. Al final, después de dos intentos a muy mala hora (medianoche y una de la mañana) nos marchamos sin conseguir el perfil. Lo hemos cambiado por el de repuesto que tampoco está muy por la labor, en fin, esperemos que aguante.

Pero la pesca va muy bien y ya hemos acabado el sexto y último lance del día. Hemos empezado con dos lances a 1400 m de profundidad y ahora estamos a 120 m, así que hemos visto casi de todo. A decir verdad esta mañana apenas veíamos nada porque había niebla muy cerrada, pero se ha despejado por completo mientras fotografiaba quimeras. Ha estado muy nuboso y oscuro hasta ahora, que ha salido el sol, pero el mar estaba en calma y hemos trabajado muy bien. Muy bien en el sentido de que hemos cubierto objetivos, porque los marineros han tenido que aguantar horas de frío horrible y un chaparrón importante, que también le ha coincidido a Eva con algún CTD. Además, en esta zona (3N) contamos con la estupenda cartografía del fondo marino que se elaboró en el marco del proyecto internacional NEREIDA, liderado por España y en el que participaron el IEO y la Secretaría General de Pesca.

Detalle de la cartografía del fondo en el Gran Banco del proyecto NEREIDA, con algunos de los cañones que debemos evitar. Se ven dos lances (puntos verdes) y el Vizconde de Eza (icono blanco arriba a la izquierda)



Hoy hemos cogido más fletán negro que ningún otro día, tampoco para tirar cohetes, porque han sido 120 kg repartidos en tres lances, pero en comparación con los días pasados es una mejora importante.

El caso es que he estado buscando información sobre las quimeras, que son unos peces de esqueleto cartilaginoso (como los tiburones y las rayas) que viven a grandes profundidades y son inolvidables por lo peculiares que son. El nombre genérico de quimeras se lo pusieron los antiguos marinos: una quimera es un personaje mitológico griego mezcla de león, cabra y algún bicho más, lo cual me hace pensar si aquellos marinos habrían visto alguna vez una cabra (el león lo descarto directamente). Lo que está claro es que no las miraban con cariño. Parece que la reputación de las pobres quimeras no ha mejorado a pesar de que no suponen amenaza alguna para el hombre (más bien al contrario). Entre los diez primeros resultados de la búsqueda me salían los títulos “10 criaturas marinas horrorosas” y también “terrorífico pez alienígena con alas y ojos luminosos”. ¡Casi salgo corriendo! Lo que pasa es que donde viven no hay luz y necesitan ojos enormes, que desgraciadamente en superficie tienen un aspecto bastante particular a la luz del día. Menos mal que el escritor en cuestión parecía no saber que la primera espina de la aleta dorsal es algo venenosa, si no le habría adjudicado algún otro calificativo desagradable.
 

La quimera Harriotta raleighana

A mí no me parece fea. Extraña si, pero fea...

El pez grande se come al chico. No me resisto.

Hoy también hemos visto granaderos de las especies rupestris y berglax, que me suponen bastantes quebraderos de cabeza durante el año. Hay quien los confunde, pero prestando un poco de atención no hay porqué: el berglax tiene el hocico más puntiagudo, los ojos más grandes, las escamas más grandes, obvias y rugosas, es muy rugoso al tacto. El rupestris tiene el hocico redondeado, los ojos más pequeños, las escamas más pequeñas y no voy a decir que es suave, pero digamos que tiene un tacto de lija fina.

Granadero berglax

Granadero rupestris

Así se nos ha hecho la hora de comer, y solo puedo decir que lo siento muchísimo por los 7.4 billones de personas que no estais en el Vizconde. Además de lo que veis había una paella de pescado y queso con membrillo. No sé cómo han podido hacer tantas tapas tan elaboradas para 35 personas. Antes de acostarme voy a echar un vistazo por si tienen duendes-pinche escondidos en los armarios.


Tapas

Más tapas

Uno de los postres
 

El resto del día lo hemos invertido en tres lances a unos 500, 300 y 100 m de profundidad en los que han predominado las gallinetas, salvo en el último que venía sobre todo platija (estaba aquí escondida). También han salido dos fletanes atlánticos muy hermosos en el quinto lance, pero menos de la mitad que el de ayer.

Hoy no me ha quedado más remedio que echar varias horas con el ordenador, así que no he podido hacer todas las fotos que habría querido, pero mañana habrá novedades. ¡Prometido!

4 comentarios:

  1. No se cuanta gente leerá este blog, pero yo te lo agradezco porque gracias a ti podemos ver el duro trabajo que desempeñan los que trabajan en el mar, y sobre todo tenernos informados de lo que os ocurre a vosotros en particular, gracias!

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  2. La quimera es muy particular, medio pez, medio pajaro. Pero de horroroso nada. Me encanta el blog!

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  3. La quimera es muy particular, medio pez, medio pajaro. Pero de horroroso nada. Me encanta el blog!

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  4. Enhorabuena por la iniciativa del blog! Son fantásticas las fotos y muy interesante poder leer lo que estáis haciendo. La quimera...es que parece sacada de un relato de ciencia-ficción!!

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