Pues de aquí a
una semana nosotros también recuperaremos nuestra condición de terrícolas. Hay que ver, llega la mitad de la campaña y
de repente los días van que vuelan. Pero aún es pronto para cantar victoria
porque aunque nos quedan pocos lances -25 en el momento de escribir-, la
mayoría de ellos son difíciles y además parece que el sábado sí que nos pilla
una de estas borrascas que nos rodean. Pero ese es un problema para el futuro.
Los marineros de cubierta lidiando mal tiempo. Desde la izquierda David, Rubén, Juan y Javier |
Ayer conseguimos
nuestro lance de profundidad pero no fue fácil con aquel viento y esas olas que
se levantaron. Menos mal que todo salió bien y además la captura de fletán no
estuvo mal: 89 kg. Hoy hemos tenido que retrasar nuestro primer lance un rato y
hemos trabajado toda la mañana con vientos de casi 25 nudos y bastante balance,
pero seguimos avanzando. Eso sí, esta noche vamos a estar molidos. Es increíble
la cantidad de energía que se va simplemente en mantener el equilibrio.
Cristina, Jorge, Lucía, Vanessa y Antonio, de derecha a izquierda, triando el lance de profundidad |
Esta mañana hemos
pescado este ejemplar de Anotopterus pharao a 1300 m. Eso no es nada
para esta especie que se ha llegado a encontrar a 5100 m. Nuestro especimen es
además pequeño en comparación con los 96 cm de longitud máxima registrada hasta
la fecha. La talla no nos deja ver la característica que le da nombre en
ingleś, daggertooth o “diente puñal”. Buscando curiosidades sobre este
pez me he encontrado un artículo de Welch et al (2011) en el que los autores
sugieren que pueda ser una causa importante de mortalidad entre una de las
especies de salmón del Pacífico a juzgar por las heridas que estos presentan a
menudo. Se ve además que los salmones no se dejan morder así como así porque
fue precisamente un fragmento de mandíbula encontrado en un salmón lo que
permitió identificar al atacante. Otro artículo más antiguo de Welch &
Pankhurst (2001) explica la técnica de A pharao para alimentarse. Parece
ser que acechan escondidos a la espera de
víctimas, a las que detectan mediante la vista. Si la presa es menor que
ellos le cortan la espina dorsal de una certera dentellada, y se las comen
empezando por la cabeza. Si la presa es mayor que ellos, se contentan por
arrancar una tira de carne.
Llamadle como querais pero alejaros de esos dientes... |
Y hasta aquí
hemos llegado hoy porque ahora me tengo que poner a contar peces.
Saludos al personal del Vizconde. Que mala suerte con el tiempo. Ojalá te equivoques con lo de esa borrasca. Por aquí también tenemos el tiempo revuelto, pero claro, no hay color. Vaya mala leche que tiene el espécimen de la foto eso sí que es despellejarlo a uno vivo. En fin es la condición. Suerte a todos
ResponderEliminarLa foto da yu-yu....a qué hora está tomada? Digo la de cubierta con borrasca.
ResponderEliminarAl bicho de abajo prefiero ni mirarlo....
Hola papi!
;-)