Hoy voy a
celebrar que alguien ha hecho una pregunta al blog, y además una buena
pregunta. ¿Cómo es posible que las capturas cambien tanto de un año para otro?
Y no, eso no se pone en el informe de campaña. En el informe se presentan los
resultados. Las hipótesis quedan para las publicaciones científicas.
Para responder
bien habría que llenar varios tomos, así que allá va una respuesta más bien
esquelética. La clave está en la hidrografía, el clima y la presión antrópica
(la pesca suele ser el principal tipo de
presión ejercida por el hombre en el caso de los recursos pesqueros).
Todos los
animales tienen (tenemos) un rango de temperatura óptimo. En el mar, con alguna
excepción, como ocurre aquí en la “playa” del Gran Banco, la temperatura
disminuye al aumentar la profundidad. Diferentes especies de peces prefieren
diferentes temperaturas, por eso no cogemos limandas a 1000 m ni quimeras a 50
m. Los peces buscan su temperatura óptima desplazándose en el rango de
profundidad o latitudinalmente. Por ejemplo, debido al calentamiento global
hace décadas que se están registrando en altas latitudes especies que
tradicionalmente se encontraban en la zona templada. El ejemplo más polémico que
se me ocurre es el de la caballa, que es una especie pelágica que desde hace
unos años llega a aguas islandesas (para alegría de los isleños) y ha creado un
conflicto internacional de categoría, pero eso es otra cuestión.
Vanessa, Antonio, Jorge y Cristina trabajando rápido el lance de profundidad |
Además se ha observado tanto en el Atlántico como en el Pacífico que hay
patrones de fluctuación en las poblaciones de muy diversas especies de peces y
en diferentes caladeros, lo que hizo pensar en procesos a gran escala. Uno de ellos es la Oscilación del Atlántico
Norte o NOA, que es un patrón de la variabilidad de la circulación
atmosférica. De ella depende el tiempo en el Atlántico Norte, Norteamérica y
Europa. También afecta a la producción planctónica, y por tanto a las
distribuciones y poblaciones de peces. Se define con un índice que mide la
diferencia de presión entre el Anticiclón de las Azores y la Baja de Islandia.
A efectos de cambios en el Gran Banco, si el índice es positivo, la influencia
de la Corriente del Golfo (que fluye hacia el norte y lleva agua cálida) es
mayor que la influencia de la Corriente de Labrador que fluye hacia el sur y
lleva agua fría).
Jorge muestreando el pez más pequeño del día. |
Y también hay que tener en cuenta el daño que hacemos los humanos, que
nosotros llamamos presión antrópica. En zonas costeras creamos problemas de muy
diversas formas, en alta mar nos centramos en unas pocas. Una de ellas es la
pesca. Se cree que la pesca incrementa la variabilidad anual de las poblaciones
explotadas porque aumenta la mortalidad de ciertas especies, y lo hace de forma
diferencial: no afecta por igual a toda la pirámide de población. Hay indicios
de que esto afecta también a la biología de las especies, que pueden adelantar
la edad y talla de reproducción para compensar la escasez de hembras de más
edad y tamaño, que son además las que producen más y mejores huevos.
Las poblaciones -en este caso de peces- pueden recuperarse ante las
dificultades, pero esto depende del estado de la población y de las
dificultades. Si una población bien estructurada sufre una alta mortalidad,
bien debido a condiciones ambientales adversas o al desarrollo de una
pesquería, puede volver a incrementar su biomasa (aunque quizás no al nivel
original). Pero si a la presión se añaden condiciones adversas tenemos todos
los ingredientes para un desastre. Y si no que pregunten al bacalao del Gran
Banco, del que se pescaron 14 MILLONES DE TONELADAS (4-5 BILLONES de peces)
entre 1960-1972 según Rose (2007) y ahora lo encontramos por piezas. En los
últimos años se ha barajado la hipótesis de que el periodo muy frío que comenzó
a principios de los 90 y que diezmó la población de capelán, la dieta preferida
del bacalao, contribuyó a la desaparición del bacalao.
Hablando de desaparecer: el Gran Banco... de Niebla. |
El gran problema
que tenemos por resolver en este área de trabajo es que no encontramos la forma
de separar el efecto del clima del efecto de la pesca. Se están desarrollando
modelos pero hace falta seguir investigando.
En el caso de
nuestra campaña, la presión pesquera es muy baja en comparación con la que
había antes, nosotros estamos pescando bien en el sentido de que el aparejo
está trabajando como debe (te puede salir mal un lance, pero dos campañas
enteras seguidas, no), y en la campaña de los canadienses del año pasado
tampoco pescaron lo habitual, así que tendremos que hacer números para ver si
encontramos una explicación.
En fin, Alicia, muy bien. Si has llegado
hasta esta línea has ganado un hermoso bacalao de 10 kg que puedes pasar a
recoger en los próximos 7 días de 9 a 14 h.
El lance de bacalao. Vanessa y Lucía a la izquierda, Jose Luis y un turista al fondo, Antonio y Jorge a la derecha. |
He llegado, pero llevo cuatro lecturas y no estoy segura de haberlo entendido del todo!!!! ponle mi nombre a ese bacalao!
ResponderEliminar;-)
Vaya. Entonces no hemos cubierto objetivos.
ResponderEliminarA ver qué me temo que he traumatizado a la autora del blog....con los esfuerzos que hace para que lo entendamos los profanos! Está perfectamente claro, solo que elegí un momento pésimo para leerlo mientras daba la cena a cuatro fieras que empezaban a devorarme por los tobillos. En el silencio de la madrugada es otra cosa. ...
ResponderEliminarEn cualquier caso, quizá las razones vayan de la mano, quiero decir,cambio climático y efecto de la pesca. Pero desde luego es escandaloso!
miles de besos!