Esto se va
animando, y ya va siendo hora porque tantos días de ruta al final acaban
impacientándonos. Esta mañana hemos visto una ballena soplar y sumergirse muy
cerca del barco, y nos hemos cruzado con tres cargueros. La profundidad vuelve
a aumentar, asi que vamos dejando atrás la dorsal Atlántica y mantenemos la
previsión de empezar a pescar el lunes por la mañana. Hoy navegamos con un
viento de proa algo más fuerte que el de ayer pero está siendo la mejor ruta
con diferencia.
El primer carguero tras el desayuno |
Nair y e-Teo han
aprovechado la mañana para sacar el CTD de su embalaje y dejarlo preparado.
Vamos a empezar -y espero que terminar- con el CTD del Vizconde, que tiene más
sensores que el que traemos de repuesto. Ya lo hemos comentado alguna vez, pero
vamos a repasar: la sonda CTD es el equipo que echamos por la borda para
recoger, entre otras cosas, datos sobre la conductividad, la temperatura y la
profundidad del agua. De las iniciales en inglés de estas tres palabras viene
el acrónimo CTD. Hay que ver qué afición tenemos a tirar al agua equipos que
cuestan miles y miles de euros -empezando por los aparejos.
Nair aplicando alta tecnología |
La conductividad
nos indica la salinidad del agua. A los que hicimos EGB, BUP y/o FPs nos
enseñaron en Física (antes no había temor a llamar a las diferentes disciplinas
por su nombre) que el agua de mar es un electrolito, es decir, conduce la
electricidad. Y cuanto más salina, mejor. Para los que andamos chapoteando en
el mar, tanto si somos biólogos como si somos oceanógrafos, esta información es
muy interesante, porque no toda el agua de los océanos es igual. Los mares y
océanos están compuestos por masas de agua muy diversas entre sí en contínuo
movimiento que además no se mezclan, porque diferentes salinidades y
temperaturas se traducen en diferentes densidades: las masas de agua más densas
van a parar al fondo y las menos densas circulan por encima de éstas. Aquí
entra el juego el viento, que mueve las masas de agua en superficie, del
Ecuador hacia los polos. Allí el agua se enfría y va al fondo. Podeis encontrar
más información sobre estos fenómenos buscando en internet “circulación general
del océano”, y lo recomiendo porque es un tema apasionante y muy relacionado
con el clima. A veces se puede ver donde confluyen dos masas de agua, como en
las desembocaduras de los ríos, pero también en alta mar. Otras veces hace
falta recoger datos con estas sondas.
Y yo he dicho que
mide la profundidad, pero los físicos se habrán reido. En realidad la sonda mide
la presión, y de ella se deduce la profundidad. A mí me basta la aproximación
de que una atmósfera equivalga a un metro pero para determinados estudios hace
falta más precisión.
El CTD y sus sensores |
La sonda del
Vizconde tiene además un sensor de fluorescencia, que aporta información sobre
el contenido en clorofila (los sistemas fotosintéticos emiten fluorescencia) y
el oxígeno disuelto. Estos datos nos sirven para calcular la productividad
primaria, que ya sabeis es responsabilidad del fitoplancton. En cuanto al
oxígeno disuelto, en esta campaña no nos preocupa, pero en aguas costeras puede
ser un problema. En el agua ocurren muchos procesos que producen o consumen
oxígeno, y si el consumo supera la producción puede darse un problema de
anoxia. Por ejemplo, el aumento de la temperatura del agua y de la materia
orgánica disuelta disminuyen la presencia de oxígeno en el agua.
En resumen, esta
sonda va a hacer mediciones de temperatura, conductividad, presión,
fluorescencia y oxígeno disuelto a cada metro de profundidad. Cuando lo
lancemos a 100 m hará cien mediciones y cuando lo lancemos a 1200, pues hará
1200 mediciones de cada parámetro.
Cuando empecemos
a usar el CTD, después de cada lance Nair tendrá que descargar los datos y ver
el perfil obtenido para ver si ha trabajado bien o no. Si todo ha ido bien
tendremos dos curvas de temperatura y salinidad sin interferencias. Si no,
tendremos que maldecir un poco hasta que solucionemos el problema. Bueno,
tendrán que maldecir Nair y e-Teo, que son quienes lidian este miura.
Nair me dará al
final de la campaña unos ficheros que llamamos “hex” por su extensión y a los
que en realidad la palabra inglesa “hex” (maldición) les va genial, porque si
se abren en una aplicación para texto sencillo primero se ve información muy
detallada del lance y luego parecen un auténtico galimatías. Hay un fichero hex
por lance.
Un fichero hex |
Estos ficheros
los mando a una compañera en Madrid (física / oceanógrafa) junto con
información adicional referida a la configuración de la sonda, y ella los
trabaja para cargarlos en un portal de datos de oceanografía europeo que se
llama SEADATANET. Yo los pido a través de esa web y me los mandan en un formato
inteligible que puedo importar a otro programa para analizarlos.
El portal de SEADATANET |
Un fichero de texto con información de un lance de CTD. La primera columna es la profundidad, la tercera la densidad, la quinta la temperatura y la séptima la salinidad. |
Así que ya veis.
Un aparato tan pequeño y la cantidad de trabajo que da. Pero esta campaña se va
a portar genial. O de lo contrario, lo tiraremos por la borda.
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